Qué clase de hombre te atreves a ser, senhor?
Cómo puedes marcharte y dejarme aquí, tan vulnerable, a tu espera?
Yo sí recuerdo el mucho que me deseaste y las promesas de amor que hicimos uno al otro. Sé que, pase lo que pase, nos seguiremos deseando y esperando, aún que en este momento sea necesario alejarme de usted para vivir un momento que a mi me pertenence.
Pasaré por esto sin dejarte de esperar y, finalmente, vivir nuestro amor gitano.